Edicto contra el "paganismo"
Finalmente, en el año 410, atacaron y se apoderaron de la ciudad de Roma misma, reteniéndola durante varios días antes de decaer hacia el sur de Italia. La importancia militar del acontecimiento fue nula, ya que el gobierno romano se desanimó al ver que otras bandas de guerra mantenían a las provincias como rehenes cada vez con más frecuencia, y esta banda en particular vagaba durante otro decenio antes de establecerse principalmente en España y el sur de Francia. Pero el efecto simbólico de ver la ciudad de Roma tomada por extranjeros por primera vez desde que los galos lo hicieron en el 390 A.C. sacudió la confianza secular de muchas personas reflexivas a lo largo del Mediterráneo. Al llegar justo menos de 20 años después del decisivo edicto contra el "paganismo" del emperador Teodosio en 391, se escucharon algunas voces que especulaban que quizás el imperio romano había confundido su camino con los dioses: quizás el nuevo dios cristiano no era tan poderoso como parecía, quizás los viejos dioses habían hecho un mejor trabajo protegiendo a sus seguidores.
Es difícil decir cuán seriamente o ampliamente se hicieron tales argumentos: el "paganismo" en ese momento estaba en desorden y el dominio del cristianismo en las riendas del gobierno era inquebrantable. Pero Agustín vio en las dudas murmuradas una espléndida ocasión polémica que había buscado por mucho tiempo, y así saltó a la defensa de los caminos de Dios con el mundo "contra los paganos". Durante los siguientes quince años, trabajando meticulosamente a través de una elevada arquitectura argumental, esbozó una nueva forma de entender la sociedad humana, estableciendo la Ciudad de Dios frente a la Ciudad del Hombre. Roma fue destronada - y el saco de la ciudad se mostró sin importancia espiritual - a favor de la Jerusalén celestial, el verdadero hogar y la fuente de la ciudadanía para todos los cristianos. La Ciudad del Hombre estaba condenada al desorden, y los sabios, por así decirlo, mantendrían sus pasaportes en orden como ciudadanos de la ciudad de arriba, viviendo en este mundo como peregrinos que anhelan volver a ese hogar.
Mira como se ora a Juan Trastornado
La obra está dividida en veintidós libros
La obra está dividida en veintidós libros, los diez primeros de los cuales refutan las pretensiones de poder divino de varias comunidades "paganas", los doce últimos de los cuales relatan la historia bíblica de la humanidad desde el Génesis hasta el juicio final, ofreciendo lo que Agustín presenta como la verdadera historia de la Ciudad de Dios contra la cual, y sólo contra la cual, la historia de la Ciudad del Hombre (incluida la historia de Roma) puede ser comprendida adecuadamente. La obra es demasiado larga y a veces (sobre todo en los últimos libros) demasiado discursiva para hacer una lectura totalmente satisfactoria en la actualidad, pero sigue siendo impresionante en su conjunto y fascinante en sus partes. El ataque fulminante al "paganismo" en los primeros libros es memorable y eficaz, el encuentro representado con el platonismo en los libros 8-10 es de gran importancia filosófica, y los últimos libros (especialmente el libro 19, con una visión de la verdadera paz) ofrecen una visión del destino humano que sería ampliamente persuasiva durante al menos mil años.
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